NADIE ME DIJO
Nadie me dijo que al fulano se lo habían llevado
entre varios uniformados, a la fuerza, un día por la tarde en verano.
Preguntar por preguntar, daba lo mismo, todos me decían que no sabían nada, aunque todos sabíamos en que andaba el fulano.
Cosa extraña para un barrio, adonde la mayoría de las casas se habían construido de a poco, de abajo, en la extrema pobreza, de la nada, mirándose cara a cara cada uno a través de los alambrados, de que forma manejaba la cuchara de albañil, colocando un ladrillo mas cada día, cada semana, cada año.
Pero claro, a medida que el tiempo transcurrió, también transcurrió el progreso y el progreso no solo trajo adelantos, si no que trajo divisiones separaciones y mas adelante, desencantos.
Con el fulano que también entre ladrillos, se nos fue, entre mate y mate en las tardes calurosas de verano, entre los cantos de las ranas y los yuyos largos.
En los reflejos de la luna sobre las aguas amarronadas de la laguna de movimientos escasos, hervidero de mosquitos que la excavadora convirtió un día en barro.
Nadie me dijo que al fulano se lo habían llevado un día varios uniformados, a la fuerza, un día por la tarde en verano.
FIN
Estimado Lector, muchas gracias y hasta la próxima entrada.
De: Jorge Godoy
Julio de 2016
En Buenos Aires.
Nadie me dijo que al fulano se lo habían llevado
entre varios uniformados, a la fuerza, un día por la tarde en verano.
Preguntar por preguntar, daba lo mismo, todos me decían que no sabían nada, aunque todos sabíamos en que andaba el fulano.
Cosa extraña para un barrio, adonde la mayoría de las casas se habían construido de a poco, de abajo, en la extrema pobreza, de la nada, mirándose cara a cara cada uno a través de los alambrados, de que forma manejaba la cuchara de albañil, colocando un ladrillo mas cada día, cada semana, cada año.
Pero claro, a medida que el tiempo transcurrió, también transcurrió el progreso y el progreso no solo trajo adelantos, si no que trajo divisiones separaciones y mas adelante, desencantos.
Con el fulano que también entre ladrillos, se nos fue, entre mate y mate en las tardes calurosas de verano, entre los cantos de las ranas y los yuyos largos.
En los reflejos de la luna sobre las aguas amarronadas de la laguna de movimientos escasos, hervidero de mosquitos que la excavadora convirtió un día en barro.
Nadie me dijo que al fulano se lo habían llevado un día varios uniformados, a la fuerza, un día por la tarde en verano.
FIN
Estimado Lector, muchas gracias y hasta la próxima entrada.
De: Jorge Godoy
Julio de 2016
En Buenos Aires.
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